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Las humedades de condensación se producen sobre todo por una combinación inadecuada de los siguientes factores.
Con frecuencia en ciertas viviendas encontramos moho en las paredes, en esquineras o en interiores de armarios. Con el tiempo la humedad ambiente llega a impregnar incluso la ropa, y finalmente acaba creando un ambiente malsano. Las humedades de condensación se producen a menudo con la presencia de vaho en los cristales, que llegan a originar verdaderos charcos bajo las ventanas, debido a la condensación. Y lo que es peor, el moho comporta problemas respiratorios preocupantes en las personas que viven en el inmueble.
Las principales causas del problema de humedades de condensación están en la combinación de estos factores:
Actualmente muchas viviendas son muy estancas, para evitar que se produzcan pérdidas de calefacción, pero esto también impide la renovación natural del aire interior de forma continua.
El aire caliente admite mayor humedad en forma de vapor que el aire frío. Cuando se da una mala regulación de la calefacción, con bruscas variaciones de temperatura, se producen problemas de condensación, tanto en paredes como en ventanas u otras partes de la vivienda.
Paredes incorrectamente aisladas, puentes térmicos, cristales y carpinterías son puntos fríos que permiten que la humedad ambiente que se encuentra en el interior de la vivienda pase a estado líquido, en forma de agua.
Como consecuencia, los inmuebles afectados por humedades de condensación, sufren las siguientes patologías:
El moho es la principal consecuencia visible de la proliferación de colonias de hongos. El moho se manifiesta a menudo con manchas negruzcas. Los hongos pueden crecer a la vista en algunos lugares, como paredes, o incluso en la ropa. Sin embargo, normalmente el moho se encuentra también en lugares más escondidos, como detrás de arrimaderos o de paredes de pladur.
A menudo el moho huele a encerrado. El aire en los lugares cerrados puede estar entre 2 y 5 veces más contaminado que el aire del exterior. La gravedad aumenta si tenemos en cuenta que a menudo pasamos cerca del 90% del tiempo en lugares cerrados. El aire malsano impregna tanto la ropa como los diferentes elementos que hay en el inmueble, creando así una una sensación de malestar.
Es habitual que el moho se presente acompañado de vaho en los cristales y en la carpinterías. El exceso de humedad ambiente genera condensaciones, y el agua llega a producir charcos en la base de las ventanas. Cuanto mayor es el puente térmico y la humedad, con más gravedad se puede manifestar el problema.
Con el exceso de humedad aumenta y llega a dispararse el gasto en calefacción. Para lograr una buena sensación térmica necesitamos incrementar de forma muy motable la temperatura del aire. Esto dispara el gasto, y permite a su vez al aire absorber todavía más humedad, lo cual acaba generando más problemas de moho en las paredes, debido a las humedades por condensación.
Cuando existe una fuerte presencia de esporas de moho en el aire, se producen a menudo reacciones alérgicas, episodios de asma, infecciones, y diferentes problemas respiratorios, con especiales consecuencias para los niños, ancianos y mujeres embarazadas. Al respirar, esporas de moho entran en los pulmones. Son síntomas típicos los problemas respiratorias, la congestión de nariz y seno frontal, tos seca, ardor en los ojos, garganta dolorida, irritación de la piel y persistentes dolores de cabeza.